-Es doloroso porque este libro no es una ficción, si pienso que nací en Santiago, en el barrio de Quinta Normal, que viví en La Reina, que no tenía la menor intención de convertir mi vida en una vida viajera. Entonces narrar estos hechos, vivirlos uno en su pellejo y saber que miles de otras mujeres y hombres estaban viviendo lo mismo, es muy desgarrador. Aunque ponga aquí (en el libro) los afiches del Olympia, de los grandes teatros de Francia donde tuve la suerte de cantar. Porque en lo personal mi siquis no me permitió quedarme tranquila. Viví la vida, pero siempre estaba lo otro, ese desgarro permanente que no se va, no se acaba.
viernes, 15 de marzo de 2013
la reina
-Más allá del trabajo cumplido con el libro, y ahora con la reedición, ¿ésta sigue siendo una historia dolorosa de escribir y de reescribir también?
-Es doloroso porque este libro no es una ficción, si pienso que nací en Santiago, en el barrio de Quinta Normal, que viví en La Reina, que no tenía la menor intención de convertir mi vida en una vida viajera. Entonces narrar estos hechos, vivirlos uno en su pellejo y saber que miles de otras mujeres y hombres estaban viviendo lo mismo, es muy desgarrador. Aunque ponga aquí (en el libro) los afiches del Olympia, de los grandes teatros de Francia donde tuve la suerte de cantar. Porque en lo personal mi siquis no me permitió quedarme tranquila. Viví la vida, pero siempre estaba lo otro, ese desgarro permanente que no se va, no se acaba.
-Es doloroso porque este libro no es una ficción, si pienso que nací en Santiago, en el barrio de Quinta Normal, que viví en La Reina, que no tenía la menor intención de convertir mi vida en una vida viajera. Entonces narrar estos hechos, vivirlos uno en su pellejo y saber que miles de otras mujeres y hombres estaban viviendo lo mismo, es muy desgarrador. Aunque ponga aquí (en el libro) los afiches del Olympia, de los grandes teatros de Francia donde tuve la suerte de cantar. Porque en lo personal mi siquis no me permitió quedarme tranquila. Viví la vida, pero siempre estaba lo otro, ese desgarro permanente que no se va, no se acaba.
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